5 mitos sobre el Síndrome de Down
En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, conoce algunas consideraciones que quizá no contemplabas
Una persona usualmente tiene 46 cromosomas. Pero, en algunos casos, 1 de cada 1100 bebés nacen con un cromosoma de más, que generalmente es una copia extra del cromosoma 21. A dicha alteración genética se le conoce como Síndrome de Down. Este no tiene cura y dura toda la vida. Según la revista electrónica +SaludFacMed, de la Universidad Nacional Autónoma de México, no se tiene certeza de los factores de esta alteración cromosómica. Pero las mujeres que se embarazan a los 35 año o más tienen más probabilidad de tener un bebé con este síndrome. Además, «los hijos de pacientes con este trastorno tienen el 50 % de probabilidades de heredarlo o ser portadores genéticos», detalló. Por lo general, los rasgos de quienes tienen este síndrome son:
Talla y peso bajos
Cara redonda
Perfil facial plano
Tendencia a mantener la boca abierta (esto es por debilidad muscular)
Ojos de forma almendrada y rasgados hacia arriba
Cuello corto
Orejas pequeñas
Un solo pliegue en la palma de la mano
Además de los problemas intelectuales y físicos, tienen mayores probabilidades de padecer Alzheimer, déficit auditivo, enfermedades cardiacas, problemas gastrointestinales, páncreas anular, problemas inmunológicos, algunos tipos de cáncer, etc. Frente a todo eso, las personas con síndrome de Down requieren terapias y rehabilitación para desarrollar el lenguaje y cuidados frente a otros padecimientos. Debido a su apariencia e incapacidad intelectual, son estigmatizados por la sociedad. Pero, según la Revista Virtual Síndrome de Down, algunos de los mitos que se han creado en torno a ellos no son ciertos. Mitos sobre el Síndrome de Down
Su comportamiento es el de un niño: No lo son. Ellos también aprenden, crecen, trabajan y pueden convivir.
No tienen noción de lo que sucede: En realidad, sí la tienen. Ellos se dan cuenta de los problemas que ocurren a su alrededor, y sus emociones también son complejas.
Son incapaces de aprender: De hecho, pueden aprender a leer y escribir, e incluso estudiar una carrera universitaria, pero necesitan seguir el método adecuado. Lo que sí es cierto es que su aprendizaje puede ser más lento. Y todo depende del apoyo que se le brinde.
No trabajan: Complementando lo anterior, sí pueden hacerlo. Pero es necesario que tenga el seguimiento y la enseñanza adecuada.
No pueden hacer cosas solos: Sí son capaces de realizar algunas actividades. Para ellos es un gran logro. Pueden ir en transporte público estando solos siempre y cuando se les enseñe bien, por ejemplo. Pero no podrán manejar un coche.
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