¿Tu vida no avanza? Esta puede ser la razón
En la vida diaria, Dios nos trata de la misma manera como tratamos a otras personas. Jesús dijo: «Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos». (Mateo 5:43-45) Ve la condición que Él exige para ser Sus hijos. ¿Quién quiere hacer algo por su enemigo? Eso no es natural, porque, humanamente hablando, como mínimo se desea que tropiecen y caigan. Sin embargo, para estar en la posición de hijos de Dios, no podemos simplemente hacer lo que queramos. Debemos confiar que Él intercederá por nosotros. La manera en la que trato a mis enemigos, está directamente ligada a mi relación con Dios. La vida de muchas personas no avanza por causa de la manera en que han tratado a los demás, no solamente a sus enemigos. También para Dios cuenta si hablan mal de otros, sienten envidia, sueltan veneno en los oídos de otras personas para que se sientan igual que ella. Esas palabras no son vanas, tienen un espíritu y regresan para quien las esparce. No debemos odiar ni maltratar, entendiendo que nuestro prójimo representa a Dios. ¿Cómo vas a amar a Dios a quien no ves, si no respetas a tu prójimo que está frente a ti? Aunque Dios está en todos lados, no puedes interactuar físicamente con Él. Entonces, para poder hacerlo, Jesús dice que cuando visitas a un preso, lo estás visitando a Él, cuando visitas a alguien enfermo, lo estás visitando a Él, cuando alimentas a quien tiene hambre, lo estás alimentando (lee Mateo 25). ¿Cómo has tratado a las personas a tu alrededor, tanto a las conocidas como a las extrañas? Tal vez tu vida está trabada por la forma como piensas, hablas y actúas, con relación a los demás. Aprendamos a tratar a las personas indiscriminadamente, pues no necesitas ser amigo de todos, pero sí ser cordial; sé hijo(a) de la luz a través de la forma como tratas a todos, porque también eso, de alguna manera, se nos regresa. Evalúa tus relaciones con todos los que interactúas. Al cambiar tu comportamiento, notarás un cambio en tu vida.
Comments