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Éfeso (Parte 2)

La iglesia de Éfeso fue elogiada por sus obras, trabajo, perseverancia, resistencia a los malos, por exponer a los falsos y soportar pruebas, pero… Lee primero: Éfeso (Parte 1)

¿No será eso el abandono del primer amor? ¿Cuánto tiempo diario hay de dedicación a la lectura de la Palabra de Dios y a la comunión con el Señor Jesús, por medio de nuestra oración y alabanza? ¿Y cuánto tiempo había inmediatamente después de nuestra conversión? ¿Cuál es el motivo de ese distanciamiento entre lo que era y lo que es hoy? Claro, no se trata de una lectura corrida, automática, o de solo cantar música góspel.

Muchos abandonaron el primer amor, pero continúan haciendo los rituales que hacían antes, como si fueran máquinas, como el propio Dios alerta:

«Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se Me acerca con sus palabras y Me honra con sus labios, pero aleja de Mí su corazón, y su veneración hacia Mí es sólo una tradición aprendida de memoria» (Isaías 29:13).

El abandono del primer amor es notado al observar los frutos. Evalúe si usted ha vivido ansioso, si ha guardado rencor, si se ha interesado mucho por las cosas del mundo o si las cosas de Dios han sido una carga para usted. Quizás incluso haga las tareas en la iglesia, pero siempre reclamando o pensando en las cosas «más interesantes» que podría estar haciendo.


El abandono del primer amor también puede ser diagnosticado con un examen minucioso de sus intenciones. Evalúe por qué usted lee la Biblia. ¿Es solo por hábito o porque quiere aprender (y practicar) la voluntad de Dios? Al prestar servicio en la iglesia, ¿está preocupado por lo que los demás van a pensar? ¿Busca hacer las cosas correctamente para no ser reprendido por el pastor o el líder del grupo? ¿O hace lo mejor como ofrenda a Dios, para agradarlo a Él? (Consejo: quien hace una actividad como ofrenda a Dios lo hace con alegría, no con reclamos).

Le corresponde a cada uno hacer este autoexamen y, en caso de que note que la calidad de su fe no ha sido la misma, obedezca al consejo del Señor Jesús, para su propio bien: recuerde de dónde cayó, arrepiéntase y vuelva a practicar las primeras obras, con la misma sinceridad y humildad del principio.


Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego

Autor: Obispo Renato Cardoso

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